1 de mayo de 2010

Extraterrestres como metáfora epistemológica

En un reciente programa de la cadena estadounidense Discovery Chanel el famoso físico británico Stephen Hawking hizo una afirmación que ha sorprendido a no pocos miembros de la comunidad científica: “Para mi cerebro matemático, los números hacen que pensar sobre extraterrestres sea perfectamente racional. El verdadero desafío es averiguar cómo pueden ser de verdad”, dice. Según él, la mayoría de los extraterrestres serían el equivalente a los microbios, animales simples, el tipo de vida que ha dominado la Tierra durante la mayor parte de su historia. Pero algunas formas de vida podrían ser inteligentes y constituir una amenaza.

En el programa, el científico británico se refiere a los numerosos intentos de los humanos por establecer comunicación con inteligencias extraterrestres y sostiene que “si nos visitaran, los resultados serían como cuando Colón llegó a América, algo que no salió bien para los nativos americanos”. “Sólo tenemos que mirarnos a nosotros mismos para ver cómo la vida inteligente (fuera de nuestro planeta) podría desarrollarse hacia algo que no querríamos ver”, recuerda Hawking, de 68 años, profesor de la Universidad de Cambridge ya jubilado.

Sin embargo, Hawking sostiene que la única razón por la que los extraterrestres podrían asaltar la Tierra sería por la búsqueda de fuentes de recursos naturales, y después se irían.

Leyendo a Hawking me vino a la mente la imagen del “bueno” de E.T. el extraterrestre que inmortalizó Steven Spielberg y me dije, ¿por qué nos resulta más familiar imaginar extraterrestres-exploradores como E.T. que extraterrestres-predadores como los trípodes de H.G.Wells?.

La opinión o especulación de Stephen Hawking la considero muy interesante porque más allá del hecho en sí de hablar de extraterrestres, son un buen punto de partida como episteme de nosotros mismos como objeto de conocimiento, como metáfora de análisis del propio proceso de pensamiento, de la cibernética del cómo sabemos lo que sabemos en circunstancias de incertidumbre y complejidad. Ahí es nada.

De pronto recordé un viejo texto del creador del Pensamiento Lateral, Edward de Bono, titulado “Practical Thinking” donde se preguntaba sobre los procesos de pensamiento presentes en situaciones no familiares para las cuales carecemos de respuestas pre-elaboradas y donde desarrolla una interesante teoría del conocimiento a partir de un sencillo experimento que repitió en varias ocasiones y ante cientos de personas: En un aula repleta de personas de variada formación, edad, profesión, etc. se encuentra a la vista de todos los participantes sobre una mesa blanca un cilindro alargado de color negro. No hay persona alguna en las proximidades de la mesa, ni objetos sobre ella o debajo. Transcurridos unos veinte minutos y sin advertencia alguna, el cilindro cae, estrepitosamente. ¿Por qué?. Nadie se ha aproximado. Aparentemente no ha ocurrido nada. No se ha oído más que el ruido del cilindro al caer. A usted le solicitan que trate de comprender lo ocurrido, escribiendo su explicación en una tarjeta. Pero sólo tiene unos diez minutos para pensar una explicación, y no se le permite examinar el cilindro en modo alguno.

Edward de Bono sistematizó las explicaciones dadas por los participantes del experimento del cilindro negro e identificó cinco niveles de comprensión para explicar lo sucedido, desde la simple descripción fáctica «el cilindro cayó de la mesa» hasta el más sofisticado croquis imaginando un complicado mecanismo de relojería oculto en el cilindro, pasando por otros niveles intermedios, como los razonamientos circulares del tipo «el cilindro cayó porque tenía un mecanismo que lo hizo caer», usando nombres o conceptos como sustitutos de la explicación como «se cayó por la fuerza de la gravedad» y describiendo la forma en que funciona la causa que produce tal efecto sin llegar a dar más detalles como «el desequilibrio es motivado por un lento desplazamiento del contenido».

Lo interesante del experimento del cilindro negro es que nos permite comprender nuestras limitaciones epistemológicas en situaciones en las que, como en el caso de los extraterrestres, la información es insuficiente o nula, no hay oportunidad de recoger datos directamente, no es posible experimentar, no hay modo de cerciorarse de lo que es correcto o incorrecto de una idea, la situación no está cerrada y uno no puede probar que está en lo cierto, pueden formularse varias explicaciones distintas, a cual más simple o sofisticada, uno está trabajando con ideas vagas y no con números precisos que puedan relacionarse por medio de fórmulas matemáticas, no hay a quien consultar y, tal vez lo más interesante, no se trata de confirmar ideas, la cuestión consiste más bien en cómo pensarlas [vaya, como en muchas situaciones reales de decisión empresarial], o como diría Edward de Bono en su segunda ley: “A menudo, la prueba no es más que una falta de imaginación para concebir una explicación alternativa”. En otras palabras y enlazando con el discurso de Hawking, considero que pensar lo extraterrestre es un medio, un instrumento poderoso de conocimiento y autoconocimiento, donde se dan cita procesos de pensamiento dignos de estudio tanto desde el punto de vista de la epistemología como de la psicología, la antropología, la cibernética de segundo orden y por supuesto el pensamiento sistémico.

Desde esta perspectiva, la explicación de Hawking se encontraría entre un nivel 3 y 4 de comprensión según la escala de De Bono, es una explicación racional y en parte comparto, pero es una explicación que tiene un fuerte sesgo antropocéntrico: puesto que un rasgo dominante de nuestra historia humana es comportarnos como predadores-esquilmadores de recursos cuando hemos conquistado nuevos territorios, es razonable predecir un comportamiento semejante en seres de otros mundos que visiten nuestro planeta. Es obvio que rellenar lagunas de información con ideas preconcebidas acerca de lo que “haríamos nosotros en su lugar” no parece epistemológicamente suficiente, pero entiendo que es humanamente aceptable este ejercicio de “proyectar psicológicamente” [no el sentido psicoanalítico] proyectando lo conocido sobre lo desconocido [o problema de la inducción identificado por David Hume]. Desde este punto de vista y dicho sea de paso, es coherente no hacer intentos de comunicación extraterrestre no sea que llamemos mucho la atención de los E.T. hostiles.

En el extremo opuesto a Hawking nos encontraríamos con determinadas ideas, personas e incluso sectas que propugnan un “buenismo extraterrestre” a lo E.T. siendo en este caso el nivel de comprensión semejante al anterior e igualmente insuficiente [es decir, siguen vigentes las condiciones del experimento de Edward De Bono, aunque hay quien afirma tener encuentros en tercera fase sin despeinarse], limitándose a ofrecer una visión de lo extraterrestre como compensación [y en ocasiones como salvación] a nuestras carencias como seres inteligentes, realizando en este caso otro ejercicio de “proyección psicológica” [en este caso en el el sentido inverso al psicoanalítico] proyectando la anti-imagen de lo conocido sobre lo desconocido [o principio escatológico común a muchas religiones]. Por el contrario, desde este punto de vista sí es coherente hacer intentos de comunicación extraterrestre, como los del proyecto SETI inspirados en la obra Contact del excelente divulgador Carl Sagan.

Afortunadamente, tanto la opinión de Hawking como la de sus detractores, tiene una salvedad hoy por hoy irreductible como es la magnitud que representan las distancias cosmológicas y la dificultad de identificar vida inteligente semejante a nosotros. Mientras tanto lo extraterrestre, como otros misterios que despiertan nuestra curiosidad innata, puede servirnos para conocer mejor el funcionamiento de ese otro misterio que nos hace diferentes al resto de especies que habitan este pequeño planeta: el pensamiento. Así, aunque finalmente no nos topemos con los extraterrestres al menos habremos dado pasos de gigante en el conocimiento de la inteligencia humana ante la incertidumbre del no-saber y ese autoconocimiento logrado tal vez sea el mayor acontecimiento desde el descubrimiento del fuego.

Para saber más: Web oficial de Stephen Hawking

Extraterrestre en Wikipedia

Astrobiología en Wikipedia

Web Oficial de Edward De Bono

Exopolítica en Wikipedia

Web Oficial Proyecto SETI

Fundación Anomalía

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿piensa usted que encontraremos vida extraterrestre e inteligente en el presente siglo?

José Monzó Marco dijo...

No lo sé, también se podría dar la recíproca, esto es, que nos descubrieran antes, aunque creo hay un problema fundamental todavía no resuelto: ¿qué señales consideramos procedentes de vida inteligente? ¿es suficiente con que no sean aleatorias y guarden un orden lógico-matemático? y considerando las distancias cosmológicas ¿no sería frustante identificar señales inteligentes para después ser incapaces de establecer un diálogo en un tiempo humanamente razonable?.

JOAKO dijo...

Creo que ha dejado el concepto tiempo de lado en su razonamiento, o casi de lado, es decir el ser humano vive 100 años con suerte y lleva preocupandose de la vida extraterrestre muy poco tiempo, tal vez un poco más seriamente desde los años sesenta del pasado siglo, los programas de "contacto" por tanto son muy recientes y las "radiaciones" humanas al exterior del planeta, aunque tienen algo más de tiempo son también muy recientes. Teniendo en cuanta que no conocemos la base de la posible vida extraterrestre, y con ello me refiero al carbono (los extraterrestres podrían tener una base, por ejemplo de amoniaco en su génesis), desconocemos por completo las frecuencias vitales de la posible vida extraterrestre, esto es su ciclo vida muerte, con lo cual no sabemos si para ellos somos como un flash o lo son ellos para nosotros, y teniendo en cuenta las distancias y lo importancia del tiempo en el desplazamiento, creo que descuidamos aspectos muy importantes en un posible contacto que no se si se han pensado suficientemente como dimensión en las posibilidades reales.
En fin, esto es un poco una reflexión "a bote pronto", excelente post, en ocasiones nos dejamos influir en demasía por las opiniones de un "ilustre famosos cientifico" y no pensamos en los posibles puntos debiles de su razonamiento, hasta Einstein tenía puntos debiles en su razonamiento, ¡Imaginate! ¡Einstein!...

Ramon.Morata dijo...

Jose, Te dejo estos enlaces creo que te gustaran
http://www.catradio.cat/audio/446721/Antonio-Garrigues-Walker

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saludos y suerte Ramon

Ramon.Morata dijo...

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saludos Ramon

lada dijo...

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