15 de mayo de 2011

La trampa de la deuda

No sé si se han percatado los “diseñadores” de los planes de rescate de Grecia, Irlanda y Portugal, pero creo que no tardaremos mucho tiempo en contemplar la imposibilidad de alcanzar el objetivo declarado (reducir el déficit). Basta hacerse tres simples preguntas: ¿Cuánto PIB actual es consecuencia de la inversión+consumo generador de deuda?, ¿Cuánto PIB desaparecerá si se reduce esa inversión+consumo?, ¿De dónde saldrá la inversión+consumo generadores de nuevo PIB sin generar nueva deuda?.

Si la respuesta a la última pregunta es que es muy difícil generar PIB sin generar nueva deuda, entonces están abocados a generar más déficit, no menos. El motivo es simple: El déficit mide la relación entre PIB y Deuda. El déficit es sistémicamente interdependiente de ambas magnitudes. Aunque se mantuviera constante la Deuda, como en aras de reducir el déficit se tiene que perjudicar obligatoriamente el PIB, el déficit crece al reducirse el PIB, no decrece. Es como tratar de estirar de una manga de la camisa o desvestir un santo para vestir a otro.

Para reducir el déficit “realmente” tiene que suceder una de estas dos cosas (o las dos a la vez): incrementar el PIB (sin aumentar la Deuda) o reducir la Deuda (sin decrementar el PIB). El déficit se combate idealmente con superávits, pero una vez metidos en el círculo vicioso de más deuda (nueva) para saldar la vieja deuda, lo peor que puede pasar es olvidar su relación de interdependencia: no basta con no endeudarse (más), hay que crecer (más).

Ahora bien, ¿podemos crecer (más) sin endeudarnos (más)?. Lo dudo. Para lograr eso tendría que cambiar sustancialmente el modelo económico de esos países, también el nuestro. Más valiera que en lugar de marcarse objetivos de déficit, los “diseñadores” de estos planes se marcasen objetivos de Deuda o calidad del PIB.

Claro que quizá ahora no toca hablar de quitas, de condonaciones, de reducciones de deuda a cambio de patrimonio (expropiaciones), de cambios de modelos económicos. Ahora toca la huída hacia adelante y de pensar que se puede obviar esa interdependencia. Pues bien, en eso están.


7 comentarios:

Ignacio dijo...

Hay otra manera: pararse, recapactiar y dejar de vivir como nuevos ricos.

Aunque una vía que pase por,multitudes furiosas con palos y antorchas, y quema pública de políticos y funbcionarios, la verdad no me iba a saber mal.

Ramon.Morata dijo...

Hemos caido en la trampa, en la espiral de deuda. No es la primera vez ni sera la ultima, hasta que no se encuentren nuevos modelos de desarrollo. No de crecimiento dopado.
En parte se cumple la teoria de Fisher (deuda-deflacion de 1930)en nuestro motor -el sector inmobiliario- "cuando el sobre-endeudamiento es tan grande que la caída de los precios es más rápida que el de reembolso [de deudas], el esfuerzo colectivo por reducir deudas nos hundirá más en el endeudamiento"

Anónimo dijo...

Como dice mi colega Albert B."En los 90, se aplicó políticas monetarias de estímulo de la demanda para salir de la crisis que se generó al reventar la burbuja inmobiliaria de finales de los 80 y, la consecuencia fue la burbuja de los Tigres Asiáticos..


A ésta le sucedieron las políticas de estímulo de la demanda que generaron la de las dot.com, que estalló en el 2000 y, a ésta le sucedió la inmobiliaria.



Pero como esta última fue muy fuerte y no fue suficiente con políticas de estímulo monetario, también se aplicaron las de tipo fiscal, que están empezando a generar la de deuda pública, aparte de las que puedan generar en los países emergentes, materias primas, etc.



Las políticas de estímulo de la demanda, aunque tengan unos efectos iniciales paliativos, porque reducen la dureza de la crisis, tienen unos efectos secundarios muy perniciosos, ya que la demanda se estimula generando burbujas que van acompañadas de un aumento del endeudamiento público y/o privado, que provoca una crisis financiera cuando se suben los tipos de interés para frenar la inflación.



2ª La titularización de la deuda: como comentaba Ernesto, los bonos Brady, permitieron, a finales de los 80, transferir el exceso de ahorro de los japoneses, a financiar la deuda de Sudamérica.



Pero el gran avance en la titularización de la deuda, se produjo a principios del 2000, con la aparición de los CDOs (cédulas hipotecarias), que permitieron transferir el exceso de ahorro de China y Alemania, para financiar los déficits comerciales de los EEUU.



Pero el problema se encontraba, en que al convertirse las entidades financieras en simples intermediarios, no les importaba si al que se le concedía el crédito podría pagar o no.



Por lo que su beneficio, dependía única y exclusivamente, del número de hipotecas que concedían, esto les llevó a convencer a las autoridades monetarias de que relajaran las condiciones en la concesión de crédito y, la consecuencia fue las hipotecas subprime.



Una política para conseguir un crecimiento económico superior que se conseguiría por los aumentos de la productividad, junto con unos incentivos perversos que rompieron la relación entre riesgo y beneficio, llevaron a generar las montañas de deuda más grandes de la historia y, que ahora no sabemos como fundirla.



Pero el principal problema no es como fundirla, porque esto al final se producirá, con una quita con inflación o default, el problema es que nuestros dirigentes políticos se conformen con el crecimiento que se pueden generar con los aumentos de productividad y competitividad, porque si continúan con las políticas de estímulo de la demanda, no podremos salir de estas montañas rusas de burbuja y crisis financiera.

Anónimo dijo...

o bien nos basamos en la productividad, la competitividad, reducir el deficit comercial, la inovacion, la creacion de nuevas empresas, el fomento de los emprendedores, una banca industrial..o estaremos siempre en la misma montaña rusa...recordar que España salia de estas montañas rusas devaluando, desde 1950, una cada 10 años, se remontaba al devalauar la peseta y vuelta a empezar al cabo de 10 años..Ahora toca devaluación interna, mucho mas complicada y dura.

José Monzó Marco dijo...

El consumo no tira (por si había alguna duda) http://bit.ly/ldmZvP

José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga dijo...

Esto es la pescadilla que se muerde la cola, lo que pasa es que esta pescadilla acabará ahogandose.

Para empezar a crecer es fundametal que se recupere el consumo y tal como esta el patio no esta la cosa para consumir mucho, sino más bien para ser consumidos.

Anónimo dijo...

No es deuda-si o deuda-no. Es deuda para-que. Si es una deuda que nos permitirá generar riqueza futura, bienvenida sea, pero si es deuda que es comsumir riqueza del futuro sin generarla, maldita sea.

En sistemica: esta deuda ¿que infuencia tiene sobre nuestra producción futura? si incrementa nuestra producción futura en tanto como consumamos por un factor mayor que 1+los intereses, estaremos sembrando nuestra riqueza futura. Si ese factor es menos que 1+los intereses, estaremos sembrando nuestra ruina futura. si es igual a 1+los intereses, la deuda es neutra, y por tanto innecesaria.

Feinmann.-