![Hand with Reflecting Sphere [M. C. Escher]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioTD-ActfvjUiHa_YuvNOMztDt4H5PIWQPn0XFKlYz9uLqPrYf_gvkE7o3JoIfZqp0DaXMsspMoItLEu0NHtOPWQJiyEuEskDrkRt4Q4pNDtEgOerEQsBjB6HANk3JedaNII8G/s320/escheresferasobrelamano.jpg)
Virtulisa le dio un beso en cada mejilla y tras un gesto de complicidad con su maestro a continuación le presentó a su nuevo amigo.
De curiosidad natural, a Circuloso pronto le cayó muy bien el carácter inquieto a la par que amable de Proalimentadorix, que rápidamente les invitó a conocer su casa. Circuloso quedó impresionado por la configuración circular de la vivienda y por los dibujos de M. C. Escher, René Magritte, Mitsumasa Anno, Shigeo Fukuda, Sandro del Petre, Fred van Houte, August Möbius y Roger Penrose que literalmente inundaban las paredes de la casa.
Tras ofrecerles un té y unos dulces en su extensa biblioteca, Proalimentadorix fue al núcleo del asunto.
- Bien, amigo Circuloso, ¿qué te ha traído a la tierra de los círculos virtuosos?.
- Como ya le avancé a Virtulisa, quisiera obrar un cambio en mi conducta, reniego de mi pasado como círculo vicioso, sé que algo anda mal en mi comportamiento, creando adicciones autodestructivas y dependencias insanas en los sistemas donde intervengo. Encontré este manuscrito que me decía que había un nexo común con otros círculos causales, como los círculos virtuosos y por eso estoy aquí. Eso es todo –respondió un Circuloso relajado y confiado en el carisma de su anfitrión, al que mostró el manuscrito encontrado en el “Bosque de las causalidades perdidas”. Proalimentadorix se valió de sus gafas para leer de cerca y observó con detenimiento el manuscrito.
- Interesante, muy interesante. Aquí tenemos un dicho que dice que uno no encuentra las cosas, sino que las cosas salen al encuentro de uno. Es otra manera de ver la realidad, tan válida como tu perspectiva, circular, por supuesto. Por cierto, cerca de aquí también tenemos un bosque muy peculiar al que llamamos “Bosque de los futuros perdidos” que luego os invitaré a conocer. Pero, dime, Circuloso, ¿hasta ahora qué has hecho para cambiar o mejorar tu conducta en los sistemas donde intervienes?.
- Hasta ahora no he hecho más que dejarme llevar por los acontecimientos o también, haciendo honor a mí apellido Másdelomismo, he repetido con más esfuerzo si cabe las soluciones que sabía. Pero no he conseguido nada, sigo igual o peor que al principio. Este es mí sino, en ocasiones me siento triste y no veo ninguna salida. ¿Será mi destino, Proalimentadorix?.
- “Lo que esperas influye sobre lo que consigues” –dijo en voz alta Virtulisa que hasta ese momento había permanecido en silencio, recordando unas antiguas palabras que le enseñó su maestro Proalimentadorix, que acto seguido se dispuso a animar a un compungido Circuloso.
- Mira, Circuloso, estoy seguro que como círculo causal que eres te será fácil entender lo que te voy a explicar ahora. Es probable que lo que observas o analizas como “tú problema” (que en realidad es una “dificultad”, siendo “el verdadero problema” la manera de afrontar “la dificultad”, pero de eso hablaremos después) no esté en el “qué (es)” sino en el “cómo (lo resuelves)”. Es entonces cuando puede emerger como “problema” lo que antes era una “dificultad”. ¿Me sigues?.
- Por supuesto, Proalimentadorix.

- Como bien sabes, la causalidad lineal sigue operando sutilmente en los hábitos mentales. Muchas veces pensamos que a tal “dificultad” le sigue (linealmente) tal “solución”, como cuando concluimos que a tal “causa” le sigue (linealmente) tal “efecto”, omitiendo la secuencia circular causa-efecto-causa que bien conoces. Es decir, olvidamos que el binomio dificultad-solución es un “sistema” donde también se puede dar una circularidad que aprisiona y esclaviza, creando entonces un círculo vicioso, una amalgama que entonces sí, podemos llamar “problema”, un “problema” que emerge de la realimentación de una “solución” aplicada sobre una “dificultad” dada. ¿Me sigues?.
- Totalmente de acuerdo –dijo Circuloso que abría los ojos como platos.
- Bien, pues continuo. Como has afirmado anteriormente, hasta ahora has intentado dos tipos de cambio: dejarte llevar por los acontecimientos y repetir con más esfuerzo las mismas soluciones una y otra vez. En efecto, estos son dos tipos de cambio muy conocidos. El primero es el no-cambio o cuando la falta de iniciativa es el problema o cuando “sucumbimos” al cambio impuesto desde otras instancias. Es decir, cuando los cambios “ocurren”, no se provocan conscientemente. Y el segundo es el cambio dentro de un sistema dado. Cuando hay iniciativa, voluntariedad, incluso voluntarismo, pero miope o cortoplacista. Cuando “la solución es parte del problema”. Este es precisamente, y disculpa que te lo diga así, el cambio “más de lo mismo” que hace honor a tu apellido.
- Te entiendo, Proalimentadorix, pero ¿qué otra cosa puedo hacer? -dijo como lamentándose Circuloso disculpándose de su apellido, a lo que Virtulisa salió al quite rápidamente para quitarle un peso a su amigo.
- Circuloso, una vez un sabio circular dijo que “si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales”, así que si crees realmente que nada puedes hacer para cambiar, tú mismo te impones una restricción que va a influirte el resto de tu vida. Es cuando te conviertes en un “prisionero de tu forma de pensar”. ¿Me equivoco maestro Proalimentadorix? -dijo mirando a los ojos de su viejo amigo y mentor.
- Desde luego, Virtulisa. Continuamente realizamos profecías que se auto-cumplen por el mero hecho de creerlas interiormente cuando dialogamos con nosotros mismos. Esta es una propiedad reflexiva, auto-referencial de nuestro cerebro, donde lo que creemos interacciona con lo que observamos y hacemos: creer y crear se realimentan continuamente hasta el punto que nuestro cerebro no siempre distingue una cosa de la otra. Esta propiedad emergente afecta también a nuestra relación con los demás: si yo te dijera, “tú eres mi enemigo”, eso puede ser verdadero o falso, dependiendo de cómo reacciones tú y el efecto que provoca en ti. Lo mismo sucede cuando “dialogamos internamente”, los juicios de valor que nos atribuimos, sean verdaderos o falsos, crean su propia realidad. “Creer es poder” decían los viejos maestros. Por eso no es conveniente sacar conclusiones precipitadas acerca de lo que creemos posible o imposible. Si algo debemos creer es que siempre hay otras opciones que podemos crear y explorar, comenzando por cambiar de perspectiva, pues como dijo un sabio: “existen problemas que no pueden resolverse en el mismo nivel de comprensión que se desarrollan. Para resolverlos es esencial un nivel de percepción más elevado”. Por eso existe un tercer tipo de cambio, que aquí llamamos el cambio del sistema dado, también “cambio del cambio” o más precisamente metacambio, un cambio que hace foco más sobre las soluciones aplicadas que sobre la dificultad en sí.
- ¿Por qué? -preguntó Circuloso rascándose la cabeza.
- Más que “¿por qué?”, aquí lo relevante es preguntarse “¿para qué?”. Es decir, “¿para qué esta solución?”, o sea, ¿qué resuelve o satisface esta solución?. Podríamos decir que el “¿por qué?” va en una dirección (de la dificultad hacia su solución) y el “¿para qué?” va en otra (de la solución hacia la dificultad que pretende resolver). Pienso, Circuloso, que vivimos en una sociedad demasiado “problematizada” (agobiados por los problemas) por eso abundan muchos “¿por qué?” pero poco “solucionatizada” (preocupados por la ineficiencia de las soluciones dadas a los problemas) por eso hay pocos “¿para qué?”, porque nos sentimos auto-satisfechos con las soluciones actuales, por lo general mediocres y “para ir tirando”. Ten presente que en muchas ocasiones las soluciones perpetúan los problemas, al ser causa y efecto de los mismos, como sucede en los círculos viciosos como bien sabes, es decir, “cuando la solución es parte del problema”. El “¿para qué?” es la llave, la herramienta que nos permite cuestionar las soluciones, del mismo modo que el “¿por qué?” es la llave que nos permite cuestionar los problemas. Este metacambio que te propongo pretende ir en esa dirección, a que te cuestiones los “¿para qué?” haciendo foco en las soluciones intentadas. ¿Me sigues?.

- Ahora no te sigo Proalimentadorix, tal vez estoy un poco espeso. ¿Me pones un ejemplo por favor?.
- Está bien, te pondré un ejemplo muy práctico: estás sentado en un silla, ¿correcto?, ahora bien, sin levantarte (es una restricción), intenta moverte con ella hacía mí. ¿Fácil, no? -con esfuerzo Circuloso intentaba arrastrar la silla sin levantarse, a trompicones, moviendo ambos pies y sujetando el asiento con ambas manos. Afortunadamente la moqueta amortiguaba algo el chirrido de las patas de la silla contra el suelo, pero a pesar del esfuerzo, Circuloso apenas pudo avanzar unos pocos centímetros.
- Bien, pues “eso” que estás haciendo es un “cambio más de lo mismo”, donde sin cambiar la restricción que te he impuesto, intentas una solución a una dificultad, en este caso moverte hacia mí. Has comprobado que esa solución crea un problema añadido y que por mucho esfuerzo y “más de lo mismo” que intentes, apenas avanzas. Veamos ahora un ejemplo práctico de un cambio diferente, sin cambiar la restricción, de un metacambio, ¿ves esa silla con ruedas que está frente a mi mesa de trabajo?, pues siéntate en ella e intenta hacer lo mismo que con esta silla.
- Ahhh... ya lo pillo, ya lo pillo –dijo un Circuloso que soltó una sonora carcajada a la que se unieron Virtulisa y Proalimentadorix.
- Eso es, Circuloso, eso es. En este caso son las ruedas de la silla las que modifican el sistema “dificultad-solución” en su conjunto abordando otras soluciones alternativas desde una perspectiva distinta a la solución intentada anteriormente y sin cambiar la restricción (no levantarse de la silla). Por eso es un metacambio, porque “cambia el cambio” que intentabas, abordándolo desde otra perspectiva, redefiniendo el contexto donde se aplica “la solución intentada” y con ello cambiando también la percepción de la dificultad de movilidad y la poco eficiente solución aplicada hasta entonces, que también forman una causalidad circular y como tal sistema hay que observarlo. Y, por cierto, por si no te habías fijado, las ruedas también son circulares y en cierto modo fueron una palanca de cambio poderosa en el origen de la Humanidad –dijo Proalimentadorix guiñándole un ojo a Circuloso.
- Proalimentadorix, ¿cuándo hablas de cambio de perspectiva te refieres a lo que decían mis maestros circulares que “no se puede ver bien el prado desde dentro del prado”? -preguntó Circuloso reflexiva y pausadamente.
- Exacto, Circuloso, también puedes usar la metáfora de los árboles y el bosque. No puedes ver a la vez la parte y el todo, necesitas perspectivas diferentes. Eso es todo, ¿verdad Virtulisa? -dijo Proalimentadorix dirigiéndose a su amiga.
- Cierto, maestro. Como dijo un sabio circular: “la formulación de los problemas dependen en gran parte de las metáforas apropiadas. Y al contrario: una mala formulación casi siempre implica la elección de metáforas inapropiadas” -a lo que respondió Proalimentadorix, complementando la misma idea.
- Cierto, Virtulisa, porque nuestro cerebro (a excepción de algunos seres iluminados) no capta la realidad directamente sino a través del filtro de los paradigmas, que son las teorías, las creencias, las historias y las metáforas que usamos para acceder a lo real, como también dijo otro sabio: “es la teoría la que determina lo que podemos observar”. Por eso es prioritario, vital, elegir muy bien las metáforas, pues “nada se ve hasta que se dispone de la metáfora idónea para percibirlo”. Es decir, las metáforas que usamos son una potente palanca para realizar metacambios.
- Sin embargo observo una dificultad –dijo un perplejo Circuloso que ya comenzaba a abandonar el término “problema”.
- ¿Qué dificultad observas Circuloso? –preguntó un entregado Proalimentadorix.
- ¡¡El tiempo!!, veo muy complicado realizar este cambio de perspectiva en mi conducta como círculo vicioso, creo que necesitaré mucho tiempo antes de convertirme en un círculo virtuoso.
- ¡¡Anda, Proalimentadorix, saca tus mejores armas como maestro proalimentador!! –animaba Virtulisa a su maestro.
- Amigo Circuloso, psicológicamente hablando, el tiempo no existe, es una ilusión –afirmó un convencido Proalimentadorix que levantándose de un brinco se dirigió a la pizarra que tenía detrás de sí y dibujó el siguiente esquema.

- Como ves, Circuloso, los hábitos mentales de la causalidad lineal siguen operando inconscientemente en tu forma de hablar, como antes con las dificultades y soluciones, aquí el presente, allí el futuro. Sin embargo el futuro, que es, psicológicamente hablando, una ilusión, es decir, una creación de la mente, influye en el presente, al igual que has visto antes que lo que crees influye sobre lo que creas y haces, al igual que cuando observas tu mente no hay separación entre el observador y lo observado: es la misma mente quien crea la ilusión de una separación entre observador (mente) y lo observado (mente), del mismo modo es la misma mente quien crea la ilusión de que el yo del presente será distinto al yo de mañana.
- ¿Cómo es eso posible si el futuro todavía no ha ocurrido? –contestó Circuloso.
- Es posible Circuloso cuando cerramos el círculo entre el presente y el futuro, así –a continuación Proalimentadorix se dispuso a dibujar otro esquema.

- Entiendo ese círculo y porque lo haces, pero no entiendo cómo puede influir el futuro, algo que no ha ocurrido, en el presente –Circuloso volvía a la carga, pero Virtulisa salió al quite.
- Porque como dijo un sabio circular “casi todo el mundo ve el futuro como el fin y el presente como el medio, cuando en realidad el presente es el fin y el futuro el medio”.
- Exacto, eso es Virtulisa –respondió Proalimentadorix asintiendo que continuó su disertación.
- Recuerda Circuloso que estoy hablando en términos psicológicos, no físicos o termodinámicos. En términos de termodinámica, hoy, aquí y ahora es el presente y mañana o el año que viene es el futuro. En términos termodinámicos, el año que viene seré más viejo que hoy, eso es irreversible, es la “flecha del tiempo” termodinámica, el aumento de la entropía. Ahora bien, en términos psicológicos el futuro tiene un matiz diferente porque es el “lugar virtual” donde depositamos nuestros sueños y esperanzas. Por tanto, el tiempo en términos psicológicos es una ilusión óptica como las paradojas visuales de Escher y otros que has podido contemplar y por tanto podemos afirmar que no hay distancia “termodinámica” o “distancia de reloj” entre el presente y el futuro y como tal no-distancia podemos considerarla a efectos prácticos como entidades que pueden influirse, realimentarse mutuamente como bien a definido Virtulisa al considerar el futuro como un medio para alterar tu realidad actual y no como un fin en sí mismo.
![Relativity [M. C. Escher]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjn67ovtINyRS0b_KpQZi1yTSMC6J6CocghoLaS1PL2yx9N94mqqxF0sepJNrIMULU454z-4JDUpn4ekklfm1vBnHlDP3gBTBynVi1W4_hlU9xJF1Qnl-ZRSTODEjnHeSLMQyO/s320/escherrelatividad.jpg)
- Pero, ¿si es una ilusión de la mente, no es real? –preguntó decepcionado Circuloso.
- Sí, no es real en cierto sentido, pero es real en otro. Esto nos llevaría a una discusión profunda sobre lo que es la realidad. Lo dejaremos para otra ocasión, pero quédate con la siguiente idea en la mente: nuestro conocimiento de la realidad es imperfecto, sin embargo existen ideas y conocimientos que aún siendo defectuosos o incompletos producen resultados asombrosos. Por tanto, aún a sabiendas de que psicológicamente el futuro es una ilusión de la mente, podemos operar con esa ilusión a sabiendas de su limitación porque es una idea muy fértil: produce resultados reales en nuestra conducta.
- ¿Entonces el futuro no existe? –preguntó un cada vez más confundido Circuloso.
- Exacto, psicológicamente el futuro no existe. Es una ilusión, una creación de la mente y como tal opera aquí y ahora, influyendo en el presente, al igual que influye el pasado, es decir, existe una “memoria del futuro”. Según algunos investigadores una parte del cerebro está ocupado continuamente haciendo planes y programas para el futuro. Estos planes están organizados como si fueran “vías temporales” hacia el futuro pensado, imaginado. Cuanto más sano es el cerebro, más “vías temporales” hacia el futuro desarrolla el cerebro y, lo que es aún más sorprendente, el cerebro también almacena las vías alternativas. Puede parecer una contradicción pero la conclusión es que tenemos una “memoria del futuro” además de la del pasado. Esta “memoria del futuro” tiene varias funciones. Por ejemplo ayuda a decidir más rápidamente cuando llega una oportunidad pensada o imaginada, pero su papel fundamental es filtrar la información irrelevante. Al cerebro llega demasiada información por medio de los órganos sensoriales y mucha de ella debe ser ignorada para que nuestro órgano funcione adecuadamente y no sucumbir al “spam neuronal” que llega a través de los sentidos. Sin embargo, y aquí viene lo interesante, si se produce una correspondencia entre la información entrante y una de las vías temporales almacenadas, no lo ignoramos, percibimos su significado. Algo entonces hace “click” en nuestro interior. El mensaje es claro: sólo percibiremos aquellas señales provenientes del mundo exterior que sean relevantes para alguna opción de futuro que hayamos desarrollado. En este sentido, Circuloso, el futuro puede ser tan real como lo es el pasado porque ambos están almacenados en nuestras redes neuronales, en la misma mente. Pero hay más, el futuro pensado o imaginado puede alterar nuestra percepción de lo que hoy consideramos posible o no. En este sentido, Circuloso, el futuro pensado o imaginado actúan, operan en el presente -Proalimentadorix hizo una pequeña pausa para sorber su taza de té y observar los ojos de su nuevo amigo y decirle enfáticamente.
- Circuloso, probablemente no exista otra fuerza más poderosa en el Universo conocido.
- Dicho así, Proalimentadorix, parece que hablamos de hacer milagros.
- Podría parecer, pero no, pues en ningún caso hablamos de cosas sobrenaturales sino muy naturales. Ten presente que siempre estoy hablando en términos psicológicos y por tanto en ningún caso se violan las leyes de la termodinámica, la gravedad, la evolución u otros principios universales. Lo que tal vez te ocurre es que familiarizado como estás con la retroalimentación (feed-back) en los sistemas físicos que ocurre del presente (causa) hacia el futuro (efecto), olvidas que nuestro cerebro aún siendo un sistema físico donde también está presente la retroalimentación descrita, tiene unas propiedades emergentes que lo hacen único: su reflexividad. Esta reflexividad permite anticipar un efecto del futuro, que no ha tenido lugar, generando una causa en el presente. Eso es la Proalimentación (feed-forward): permitir que un futuro diseñado conscientemente influya en el aquí y ahora, realimentándose mutuamente el presente y el futuro. Nuestras esperanzas, nuestros miedos y nuestras convicciones respecto al futuro nos sirven para crear el propio futuro que anticipamos. Por eso se dice que la Proalimentación crea premoniciones que se cumplen, desde el funcionamiento de la economía hasta la creación de un logro deportivo como el batir un record mundial de atletismo. Detrás de una gran hazaña humana (viajar a la Luna, enviar naves más allá de nuestro sistema solar, luchar contra el cáncer o la pobreza, la solidaridad humana en condiciones extremas, etc.) siempre se encuentra una gran aspiración, un sueño, una Proalimentación que viaja en el tiempo, desde el futuro deseado hasta el aquí y ahora del presente para sacarnos de nuestra zona de comodidad y alterar nuestras percepciones y creencias limitadoras, cambiando la realidad. Recuerda tu carcajada iluminadora cuando te ofrecí una silla con ruedas para moverte: cambiando el paradigma (el contexto de las soluciones posibles), cambias la realidad, porque “sólo somos conscientes de que actuamos según determinados paradigmas cuando cambiamos de paradigmas”. ¿Quieres un ejemplo concreto?. Cuando alguien tuvo el sueño, la aspiración, la convicción de que un hombre podía pisar la Luna no existía aún la tecnología, la financiación, los medios materiales y humanos para llevar a un hombre a la Luna. Ese sueño, ese anhelo actúo como proalimentador que permitió crear y desarrollar la tecnología, la financiación y los medios materiales y humanos necesarios para realizar ese sueño. Por supuesto, detrás de un cambio poderoso, existe una acción proalimentadora. Si quieres romper con tu pasado de círculo vicioso tal como afirmas, tan sólo necesitas viajar al futuro (psicológicamente hablando) y visualizar tu existencia desde ya mismo como círculo virtuoso. Por eso te insistía en que tuvieras cuidado con lo que crees, porque las creencias conforman, influyen en tu futuro. Eso es todo. ¿Estás de acuerdo ahora de que la Proalimentación es la fuerza más poderosa del Universo conocido?.
![Drawing Hands [M.C. Escher]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE0rXikdGfTF2BS1Lj66maq9e7Pzpryt7LXD4BECO0Xwx8RES0GNSwJjCTeo6EXbP-Dtpm4rZTEC4ME6P2cuMi1at8CI9PcuSGWkA-tDGd7WPyE4JyEjY6_d3PThPSfZTnQ59O/s320/eschermanosdibujandose.jpg)
- Por supuesto, Proalimentadorix, sin embargo me queda una última cuestión: ¿por dónde empezar?.
- Eso es lo más fácil, Circuloso. Simplemente te has de plantar (literalmente) en el futuro deseado y dar una serie de pasos, no para llegar a él un día, sino como si ya estuvieses allí (o casi allí ahora mismo). La clave está en la visualización, la anticipación del futuro con todos los sentidos posibles y con toda la intensidad de la que seas capaz: “La visión es el qué, la imagen del futuro que queremos crear”. La tarea, por tanto, consiste en eliminar todos los obstáculos que quedan en el camino con el fin de llegar allí plenamente. Quiero recordarte que la mayoría de obstáculos serán auto-impuestos, consecuencia de tus propias limitaciones mentales. He de decirte que la Proalimentación es desequilibrante, porque te saca de tu zona de comodidad, te acerca al borde del caos, pero eso mismo es desafiante, retadora y porque saca lo mejor de ti mismo es muy gratificante, pues como dijo un sabio: “el equilibrio no es la finalidad ni la meta de los sistemas abiertos. Para mantenerse viable, un sistema abierto necesita hallarse en constante estado de desequilibrio”. Por eso algunos llaman a esta fuerza “atractor extraño”. Otros lo llaman visión, misión, amor, deseo, entusiasmo, curiosidad, pasión, compasión, voluntad o simplemente SER. Llámalo como quieras, pero todo futuro comienza con este poderoso cambio mental: YO PUEDO, TU PUEDES, EL PUEDE, NOSOTROS PODEMOS... resumiendo “tanto si piensas que no puedes, como si piensas que puedes, estarás en lo cierto”. Esa es la magia de la Proalimentación, Circuloso.
- Sea pues -respondió convencidamente Circuloso.
- Pues seas bienvenido al círculo virtuoso, Virtuloso -dijo Virtulisa haciendo los honores de cambio de nombre a su amigo que en ese mismo instante dejó para siempre su pasado como círculo vicioso.
- Por cierto, Virtuloso, ¿has decidido que apellido tomar en tu nueva vida como círculo virtuoso? -le preguntó Proalimentadorix levantando su ceja derecha.
- Por supuesto, maestro. Con tu permiso me haré llamar Virtuloso Proalimentador.
- Así sea -respondió Proalimentadorix tomando de la mano a Virtulisa y Virtuloso para acompañarles a visitar el “Bosque de los futuros perdidos” tal como les había prometido.
IN MEMORIAM

“No se plantan semillas de comida. Se plantan semillas de bondad. Trata de hacer un círculo de bondad y practicarla. La bondad te rodeará y te hará crecer más y más como ser humano”. Irena Sendler (1910-2008).
Agradecimientos.
Este cuento está en deuda con las contribuciones directas o indirectas de esta colección variopinta de sabios circulares: Ludwig von Bertalanffy, Kenneth Boulding, Norbert Wiener, William Ross Ashby, Stafford Beer, Jay Forrester, John Sterman, Peter Senge, Arie de Geus, Rafael Rodríguez Delgado, Lorenzo Ferrer, Javier Aracil, Dennis y Donella Meadows, Edgar Morin y Ervin Laszlo (Teoría de Sistemas, cibernética, retroalimentación, dinámica de sistemas, sistémica y caos, modelos mentales, efecto palanca, aprendizaje organizacional, pensamiento sistémico, pensamiento complejo); William I. Thomas, Robert K. Merton, Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (Teorema de Thomas, profecía autocumplida, efecto Pigmalión); Marshall Goldsmith, Jon Katzenbach, Albert Einstein, Werner Heisenberg, Elton Mayo, Fritz Roethlisberger (Proalimentación, relatividad, principio de incertidumbre, motivación); Gregory Bateson, Ernst von Glasersfeld, Niklas Luhmann, Paul Watzlawick, John H. Weakland, Richard Fich y Richard T. Pascale (Epistemología, constructivismo, teoría de la comunicación, terapia sistémica, desviación positiva); Humberto Maturana, Luis Varela y Heinz von Foerster (Autopoiesis, cibernética de segundo orden); Milton Erickson, Richard Bandler y John Grinder (Metamodelo, programación neurolingüística), Edward N. Lorenz, David Ruelle, Floris Takens, Ilya Prigogine, Murray Gell-Mann, Stuart Kauffman (Teoría del caos, efecto mariposa, atractor extraño, sistemas alejados del equilibrio, estructuras disipativas, sistemas adaptativos complejos, autoorganización evolutiva, anticaos), Thomas S. Kuhn, Karl Popper, George Soros, Nassim N. Taleb, Richard Dawkins, David Ingvar, Daniel Kahneman y Robert Lucas (Paradigmas, falsacionismo, escepticismo epistemológico, reflexividad, falacias fértiles, empirismo escéptico, meme, memoria del futuro, sesgo cognitivo, prejuicio cognitivo, expectativas racionales, crítica de Lucas) y, por supuesto, los inigualables diálogos entre el físico David Bohm y el inclasificable Jiddu Krishnamurti. No están todos lo que son, pero son todos los que están.
Descarga del cuento sistémico de verano completo [pdf]